Autora: Damepa / Tomado de Alma Máter
Educada en una sociedad plagada de estereotipos, acostumbrada a juzgar por lo que interpreta y no por lo que existe y quizás no ve, antes (hace tiempo, debo admitirlo), tenía una imagen distorsionada de Camila Arteche. Para suerte de ambas — si ella me lo permite — , la vida nos acercó en un momento en que la madurez y los temas en común nos han procurado coincidencias hermosas.
Por eso comparto, a través de las páginas de Alma Mater, un encuentro que revela la persona hermosa, sencilla, independiente y profunda que es esta joven actriz y quien va por la vida siempre buscando su autenticidad.
A pesar de tener una corta edad has vivido muchas experiencias en el mundo del arte, ¿cuáles han sido los principales retos que te ha impuesto este camino, teniendo en cuenta que tu vida íntima y familiar queda expuesta a los medios y, sobre todo, a la especulación de las personas?
«Trato de ser reservada en las entrevistas, en las redes… ahora es cuando, por primera vez, he publicado fotos con mi pareja.
«Al principio, fue muy difícil entender que las personas se adjudicaran el derecho de hablar sobre mi vida, fabular… Es que cuando te ven mucho en un medio la gente de pronto siente que te conoce. También soy cuidadosa porque hay quienes toman a las artistas como referentes para determinados aspectos, sobretodo los jóvenes. Entonces sí me ha costado muchas reflexiones, años, experiencias, lidiar con eso, porque me gusta ser más desinhibida espontáneamente.
«Sucede, además, que las personas o te idealizan o te ven de una forma diferente y te censuran por comportamientos tan naturales como llegar a una fiesta y bailar de inicio a fin.
«En Cuba pasa que, aunque se consumen muchos productos foráneos y se recibe una imagen quizás más atrevida de las figuras del espectáculo, somos muy estrictos con la imagen de quienes lo hacen aquí.
«Me sucedió con Bailando en Cuba. Muchas críticas redundaron en los modelos de mis vestidos para esas sesiones. Los consideraban atrevidos, provocativos, indecentes… y con esa crítica, pues venía la carga de prejuicios por la ropa que uso».
Ligado a ese tema está el de los desnudos. Los has hecho en televisión, teatro, cine… ¿Cuán difícil ha sido lidiar con estos actos, desde el contexto profesional hasta la repercusión en el público?
«Aquí las artistas tenemos esa imagen de «estrellas» ante la audiencia, pero sigues siendo una persona corriente, que se monta en la guagua, en los almendrones, hace una cola… No obstante, en circunstancias así, es muy complicado. Si la gente normalmente piensa que te conoce, ¡imagínate cuando te ven sin ropa!
«Mi primer desnudo fue en televisión, un medio súper masivo. Aunque siempre he tenido la dicha de trabajar junto a actores cuidadosos, que me apoyan en escenas de esa índole. Sí ha habido desnudos, por otra parte, para los cuales he solicitado se quede solo el personal técnico imprescindible, pues lamentablemente no todo el mundo es ético, ni se da cuenta de la incomodidad que esto puede generarnos.
«En el teatro hice un desnudo y fue el más largo y difícil de mi trayectoria. Cerca de media hora sobre el escenario sin nada de ropa. Una anécdota graciosa de esa puesta fue que en ese momento mi novio era un actor, pero ni él ni nadie de mi familia sabían de esa parte del guión. Cuando ocurrió, mi abuela y él suspiraron juntos los treinta minutos, y eso demuestra que nadie, ni siquiera del medio, está preparado por entero para asumir un desafío así. Sin embargo, para mí hay acciones más íntimas, que me preocupan más a la hora de la interpretación, y son los besos».
¿Alguna de estas complejidades te ha hecho replantearte seguir en la actuación?
«Ni los desnudos, ni las especulaciones, ni los besos… me han hecho dudar si quiero seguir en la actuación.
«Lo que sí he analizado, y por otras razones, es si la actuación es mi propósito en la vida y lo que me hace realmente feliz. A veces he pensado que termina siendo más una cuestión de ego, aun así la amo, como también amo la meditación, el viaje interno de una misma».
Como una proyección de tu trabajo histriónico está tu presencia en las redes sociales, que es muy activa. Hay quienes piensan que alguien realiza esta labor; mas, tú misma llevas tus redes y te encargas de crear tu imagen en este ámbito digital. ¿Cómo es mantener tantos seguidores superando las herramientas que funcionan, pero que a la vez pueden proyectar una Camila que ahora mismo no quieres ser?
«Trabajar en las redes me consume un tiempo tremendo, pero ha valido la pena. Hay muchos trabajos y oportunidades que llegan por ahí.
«Cuando solo tenía 20 mil seguidores, un amigo cuestionó si era consciente de la cantidad de personas que me estaban viendo y escuchando. En ese instante no lo era. Ahora sí. Por eso trato de ser muy consecuente con lo que publico. Sí hay estrategias manidas para alcanzar seguidores, pero también las hay originales y coherentes, y estoy en esa búsqueda, sin cansarme».
Ser una muchacha joven, bonita, con una hermosa figura, puede tener un saldo negativo y positivo en la vida laboral y personal. ¿Cómo ha funcionado para ti?
«Es bueno y malo en la vida y en la carrera. Sé que me han encasillado en determinados personajes por mis características físicas, por ejemplo. Aunque nunca abandono otras maneras de luchar por personajes que he querido.
«En la calle, ser mujer, actriz, joven… me carga con una dosis de acoso excesiva».
Y hablando de acoso, en los últimos meses has tenido una participación sostenida en la campaña Evoluciona, ¿por qué te has asociado a esta campaña por la no violencia hacia las mujeres?
«En el 2018 parte del equipo creativo de la campaña me llamó para involucrarme. Enseguida me encantó la idea por ser mujer, por estar en contra de la violencia. Pero no tenía claridad en lo que trataba. Estaba entonces fuera de Cuba. Al regresar, salí un día y fue tanto el acoso que viví en la calle en menos de 24 horas, que busqué el contacto de Evoluciona corriendo y les escribí para estar de a lleno en las acciones de la campaña.
«A partir de ahí he estado presente en muchas acciones públicas de esta iniciativa y pienso seguir, pues cada día adquiero más conciencia y me afecta mucho más esta situación».
CAMILA Y SUS GUSTOS
Medio preferido para actuar
El cine.
La persona más importante
Mi madre y mi abuela.
Lo que más odias
La deslealtad.
Lo que más disfrutas
El chocolate y las conversaciones profundas.
Un libro que te guste muchísimo
Los secretos de la mente millonaria.
Paradigma en la actuación
Cate Blanche.
Cómo es la mujer que quieres ser
Una mezcla de mis abuelas con Cleopatra, y la madre Teresa de Calcuta.
¿Cuál es tu concepto de belleza?
La autenticidad.
¿Qué te mueve en la vida?
El amor.
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