Cumplir con nuestras metas a veces resulta una quimera. Entonces nos deprimimos cuando no las alcanzamos. ¿Qué estamos haciendo mal? Sencillo: no estamos alineando lo que queremos, lo que necesitamos y lo que podemos hacer, en un mismo objetivo.

El inicio del año es el mejor momento para organizar nuestros planes y proyecciones a mediano plazo. ¡Claro! Siempre hay que dejar un margen para los imprevistos. Nos lo demostró el 2020. ¿Cómo puedes trazar objetivos concretos y alcanzables?

Te enseño mi método.

1- Divide tus metas: profesionales, personales, y familiares.

2- Ten claro en el punto donde convergen las tres, para que luego no te sientas abrumada o pienses que fracasaste. Recuerda que estas metas responden a tu propósito, pero no solo dependen de ti, por tanto…

3-Plantea las tareas que necesitarán implicación de otras personas, y no renuncies a la colaboración, la ayuda o la crítica constructiva.

4- Escribe las acciones concretas ligadas a estas metas. No objetivos generales, como…“quiero ascender en mi carrera…”, sino retos con-cre-tos. Por ejemplo: “este año quiero filmar una película”.

5- Analiza en qué lugar estás. A dónde quieres llegar. Las posibilidades reales que tienes de lograrlo y cómo hacerlo.

6- Mentaliza lo que significaría para ti, tu profesión, emprendimiento, negocio, familia, que logres esos objetivos. ¿Cuántos beneficios traería llegar a ese lugar en el 2021?

¿Te gustó lo que viste? ¿Se siente bien?
Pues entonces…

7- Coloca esas metas escritas, objetivas y en detalle, en un lugar visible de tu día a día.

No dejes que pase un día sin avanzar. El camino puede ser áspero, pero llegar no es imposible.